En la Terapia Familiar, se trabaja con la familia para resolver tanto conflictos familiares, relacionales, como problemas, trastornos o conflictos en uno de los miembros de la familia. Siempre que afecte a todos, todos pueden colaborar en la solución.
Es importante saber que la Terapia Familiar no implica que obligatoriamente tenga que acudir a la consulta toda la familia, ya que no siempre resulta necesaria la implicación de todo el grupo familiar. La Psicóloga decidirá, contar con la colaboración de algunos miembros de la familia (unas veces con unos y otras veces con otros) y se les irá citando unas veces de forma grupal y otras veces de forma individual.
Existen tres tipos de crisis por los que las familias suelen recurrir a la Terapia Familiar: